15 abril 2007

El día que llegó él

Era Domingo. A pesar del sofocante calor que asfixiaba aquel pequeño pueblo de casas blancas, tejas anaranjadas y gentes sencillas, las calles estaban llenas de risas, de saludos cordiales, de trajes de naftalina, de parasoles ribeteados y de juegos infantiles. Por doquier se percibían charlas y bromas, sonrisas cómplices entre amores secretos y por qué no, algunas miradas recelosas que delataban rencillas aun sin solventar. Se respiraba la alegría aparente de un pueblo vestido de fiesta, pero si algún forastero inexistente hubiese visitado el lugar, percibiría el pesado lastre particular que cada lugareño cargaba silenciosamente en su vida. Alguna mala historia, algún desengaño, alguna mentira. Demasiados desencantos.

Aquel día llegó él.


Se instaló a la entrada del pueblo como queriendo pasar desapercibido, en el lugar más adecuado para hacer ausente su presencia. Sonreía tímidamente a los chiquillos curiosos que se acercaban a ver quién era aquel extraño personaje, con traje blanco y elegante sombrero de paja que montado en una tartana, tirada por un viejo percherón y rompiendo el polvo del camino, había escogido aquel pueblo olvidado del mundo y castigado con tiranía por el sofocante calor y la luz cegadora del sol.

Bajo una lona de rayas dispuso de forma armoniosa una tabla, que hacía las veces de mostrador, camuflada por telas primorosamente bordadas con manos laboriosas y tras ella varias estanterías de madera cuyos anaqueles desconchados desvelaban su ya larga memoria de tiempos pasados.
Cuando acabó, extrajo de su carro un letrero decorado con pinturas gastadas en azul y colorado en el que, con la caligrafía de los titiriteros, aquel que quisiera podía leer "Remedios para el alma". Lo colgó con mucho cuidado. Después, parsimoniosamente, fue colocando uno a uno frascos de cerámica blanca y azul, botellas de colores con formas inauditas y cajas de distintos tamaños, forradas de terciopelo. Todos ellos con sus correspondientes etiquetas, la mayoría manchadas y roídas por el paso del tiempo, que anunciaban, con nombres dulces, el contenido de cada recipiente.

A los pocos días casi todas las gentes del pueblo le habrán pedido algún remedio para esas heridas que no se ven pero que sangran desalientos, heridas que no matan pero que quitan la vida o al menos, la ilusión de vivirla. Unos habrán usado el jarabe contra el desconsuelo, que él verterá en pequeños frascos de cuello estrecho y tapón de cristal pues, según dirá, no hay nada más frágil que el llanto de los hombres. Otros habrán comprado grageas para la desilusión, todas ellas de colores y con formas redondeadas, que deberán paladear durante días, porque la ilusión, para que lo sea, debe saborearse siempre. Y otros, la mayoría mujeres buenas, la infusión para curar el desengaño. Esas tisanas que ayudarán a cicatrizar la herida de la más vieja de las traiciones, aquella que provocarán palabras de miel pronunciadas por lenguas mentirosas.

Aquella joven de cabellos dorados y vestido blanco acudirá sola al caer un atardecer. Arrastrando los pasos llegará y pedirá un remedio que sane su mal, que mate su desesperanza. Lo hará con la mirada pétrea en la que se podrá adivinar la tortura de su alma y la razón de su pesar. Él sentirá cómo se erizará su piel, posará sus pupilas sobre el horizonte seco y recordará el día en que un ser hermoso se marchó y se llevó con él, para siempre, el único remedio que desde entonces le falta, el secreto de la esperanza.
Y al día siguiente, en aquel pueblo, ya no hará calor y en el lugar de las presencias ausentes ya no estará él, ni sus frascos, ni sus remedios, ni su sombrero de paja. Y al día siguiente, en aquel pueblo, ya no será fiesta y la joven de cabellos dorados y vestido blanco, llevando las riendas de un percherón, sonreirá con dulzura a los ojos que curaron su mal.

53 amigos lo mejoraron:

Insumisa dijo...

-suspiro-

Linda historia... linda :o)

Julia Ardón dijo...

qué dulzura....gracias!!!

Anónimo dijo...

Un hermoso relato.
un abrazo.

AiguaMel dijo...

¿Tienes tus ojos color miel que te miran con esperanza? ¿curaron tu mal? ¿sientes como vienen hacia ti miles de soles y se van mil uno? Remedios los que estan dentro de nosotros y que a veces no sabemos ver.

Manuela Fernández dijo...

Un protagonista que tiene una tienda de todo lo que no se puede vender... remedios contra la desilusión, contra el desengaño... y se le acaba la esperanza, justo lo que le hace falta a él.
Es como la vida misma, a veces es más sencillo ayudar a los demás que a nosotros mismos.

. dijo...

Felicitaciones y gratitud Tanhäuser
¡Como me ha gustado!
Fílmico.
Me quedo (o me voy con ellos...) casi oyendo el traqueteo de ese carro desvencijado, viejo, sabio, tirado por ella, tirado por ambos, ojos ilusionados, ojos esperanzados, ojos vivos, vivos...
Un abrazo.

(En que poco han de resumirse tantas sensaciones como me has regalado...)

Miss Missing dijo...

Qué bien vendría a veces tener remedios tangibles, reales para el alma (parte de nosotros que no tiene cuerpo y sin embargo, somos capaces de sentir el dolor cuando está herida).

Me alegro que la chica de cabellos dorados encontrase su esperanza y el perdiera su remedio. :) Beso.

Baba O'Riley dijo...

Algún día cuando mi intelecto alcance un grado menos defectuoso que el actual, me encantaría aprender a tejer historias con puntadas de ingenio como las suyas.
Difícil, pues creo que la genialidad se adquiere con el alumbramiento materno y no se asimila con las vivencias cotidianas. Aun así seguiré leyendo sus utópicos relatos con avidez, esperando fervorosamente que el talento sea contagioso.

Cind dijo...

Qué bonito, Tanhäuser. Y pensar que hoy quieren encontrar remedio a golpe de Tranquimazín. Prefiero mil veces las botellas de tapón de cristal de tu buhonero.

El Analista dijo...

Una historia maravillosa, Tanhäuser, uno se desliza por ella disfrutándola, no tiene desperdicio, excelente.

Tanhäuser dijo...

piel de letras.
¡Uy qué suspiro más gracioso!
Gracias por tus amables palabras, querida amiga.
Un gran abrazo.

Julia.
Gracias, amiga. Me alegro que te haya gustado.
Qué interesante tu último artículo sobre tu trabajo.
Abrazos.

Itoitz.
Viniendo de quien vienen esas palabras, me voy a ruborizar.
Gracias, mi talentoso amigo. Recibe ese abrazo tú también.

aiguamel.
A mí nunca me han venido mil soles. Ójala. Eso sí, si me hubiesen venido, no mil y uno, sino dos millones se me hubiesen ido.
Nuestros remedios que están en nostros, no sólo no los sabemos ver, sino que cuando los encontramos, no los sabemos utilizar.
Abrazos.

manly.
Es que nos complicamos demasiado la vida a nosotros y muchas veces nos creamos problemas ficticios. Cuando ayudamos a alguien lo hacemos porque tiene problemas reales y no las nimiedades que en ocasiones nos atormentan sin necesidad alguna.
Gracias por tu visita, dama de agua.
Abrazos.

Nekane.
Ufff, me has hecho saltar los colores.
No te vayas con ellos. Déjalos, que seguro que hacía tiempo que se buscaban el uno al otro y querrán disfrutar de su soledad.
Si quieres te invento un tartana para ti y montas en ella a quien tú añoras.
Un abrazo para ti, mi amiga sensible.

miss missing.
Hasta los desesperados encuentran su remedio cuando parece que éste no existe.
Y sí amiga mía. Te aseguro que las heridas del alma existen y que cuesta mucho curarlas. Incluso a veces cicatrizan en falso.
Besos para ti también.

baba o'riley.
No amigo mío. Exageras. De verdad. Tampoco creo que sea para tanto. Me alegra, eso sí, que mentes al alumbramiento materno y es que uno, por su madre tiene una debilidad especial.
Es un honor que me hayas visitado y espero que te consideres más que bienvenido en esta "tu casa" a partir de ahora.
Un abrazo y nos leemos, ¿de acuerdo?

el churruán.
Pues sí, yo también. Seguro que ese misterioso personaje nos daría a cada uno el remedio que con tanto desacierto buscamos cada día.
Te visito ahora mismo, a ver qué cuentas, porque echo de menos la "Churruanestrit".
Un abrazo enorme y hasta ahora.

el analista.
Muchísimas gracias amigo. Tampoco creo que sea excelente pero uno no sabe hacerlo mejor.
Te digo lo mismo que a churruán. Ahora me paso por tu casa a ver qué me cuentas.
Un gran abrazo.

MORGANA dijo...

Los ideales que iluminan mi camino y una y otra vez me han dado coraje para enfrentar la vida con alegría han sido: la amabilidad, la belleza y la verdad. (A.E.)
En tus escritos siempre los encuentro.
Muchos besos querido amigo**

Gwynette dijo...

Ya no estará él..ni ella ! Que buen final!. Y por donde dices que pasan ?.. van por la costa?

Cariños de alcachofa

@Intimä dijo...

Historias hermosas las que dan un remedio para el alma.
Debería haber una varita magica para que no hubiese alma infeliz.
un besito

Anónimo dijo...

Preciosa narración, tanhäuser, ¿y tú me dices que no dominas el lenguaje?. Pues no se nota nada, porque he paseado por ese pueblo de tu mano, he posado mi mirada curiosa sobre las almas atormentadas, he pedido el remedio para mi alma al curandero del traje blanco y el sombrero de paja y al final, cuando ya regresaba a casa, he oteado en el horizonte azul el rastro de un percherón tirando de un carromato destartalado disolviéndose entre nubes de risas quedas.
Un abrazo, genio.

alida dijo...

Tanhäuser, espectacular historia, el vendedor de ilusiones y esperanza, cuantos pueblos necesitan remedios para el alma
Un abrazo

Isa Segura B. dijo...

Porque la felicidad no cabe en ningún frasco y hay que saber beberla a pequeños sorbos.
Sorpresivo final para letras llenas de imágenes.
Saludos.

almena dijo...

Tanhauser, qué preciosa historia. Ojalá existiera un puesto con esos remedios...
:)

Pau dijo...

Cada frase es como un fotograma. He visto todo lo que has descrito mientras leía. Como una pequeña e inolvidable película.

El final me ha sorprendido. Aprendo mucho cuando entro a tu blog. Un abrazo.

LaLy dijo...

Gracias por tus el vuelo de tus letras.

Cariños

Óscar Sejas dijo...

Si existiera un vendedor de remedios para el alma, creo que tendría un éxito abrumador porque hoy día no creo que exista persona en este mundo que no tenga alguna que otra herida en lo más profundo de su ser.

Me encantó el relato. Un saludo

Acus dijo...

Preciosa tienda de las Utopías, Tanhäuser. Aunque existen personas que ya son el remedio para las dificultades.

Quería decirte también que voy a estar ausente hasta que acaben mis oposiciones.

Un abrazo muy fuerte, amigo, espero que sigas haciendo magia con tus palabras.

Acus dijo...

P.D: Se me olvidaba decirte, que a mi regreso, entre los primeros cinco post, se encontrará el que le voy a dedicar a una de tus hijas..., ¿a cuál será...? ¡Aahhh!

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Precioso. Muy delicado. Hay algo así pero de herbolario. ¿Lo has visto en algún mercado pequeño? En algunas hierbas incluso pone cura para el alma. ¿Melancolía?

Un fuerte saludo.

EnLaOscuridadDeLaNoche dijo...

Me trajo hasta aquí tu imagen, me harán volver tus letras...

Tanhäuser dijo...

morgana.
Hoooooola hechicera. Gracias por ese comentario cargado de luz. Me halagas sin que yo lo merezca.
Muchos besos para ti, querida amiga.

gwynette.
Me parece que ya están muy lejos y que no nos dará tiempo a atraparlos pero quizá, mejor así. Dejémosles solos.
Carinyets escarxofats

darilea.
debería existeir esa varita pero me temo que como decía Aiguamel, los remedios los tenemos en el interior.
Besos

gregorio.
Querido amigo. Cuando las palabras que has escrito vienen de una persona que narra como lo haces tú, tienen un valor doble. Honestamente, es un honor para mí que tú digas eso.
Un grandísimo abrazo, mi brillante amigo.

alida.
Gracias, amiga venezolana. Es verdad que vivimos épocas en las que la desperanza y los desencantos de las personas campan por todas partes. Ójala un remedio como los del protagonista pudiese acabar con los males del espíritu.
Un abrazo para ti también.

Isa.
Ni en un frasco, ni en una cuenta bancaria. Afortunadamente la felicidad nos la proporcionan y nos la quitan otras cosas más mundanas y más profundas.
Gracias por tu amable visita.
un abrazo.

almena.
Lo que es fantástico es tenerte por aquí otra vez. No sabes cuánto aprecio tus visitas.
Puestos como ese me parece que no existen, pero lugares donde se otorgue, desolación, mentiras, desilusiones, etc., de esos, los hay a patadas.
Un gran abrazo, querida amiga.

pau.
¿Aprendes de mi blog? Me sorprende que aquí haya algo aprovechable.
me alegro que hayas "visto" lo que imaginé aunque dicen que un relato no cobra vida en la mente de quien lo escribe sino en la mente de quien lo lee.
un abrazo enorme para ti también.

Camilo dijo...

Precioso relato. Y redondo. Me encantan los finales felices. Me voy a apuntar todos los remedios por si algún día decido cambiar de oficio. Gracias.

. dijo...

Me gustó.
Saluditos.

Tanhäuser dijo...

flores de alquiler.
Gracias a ti por tus palabras y por tu siempre amable visita.
Un abrazo

Oski.
¡Qué bien! Un nuevo amigo por esta casa. Déjame que antes que nada te agradezca la visita y te dé la bienvenida.
Me temo que tienes razón, su éxito estaría garantizado, pero por otro lado, en eso consiste un poco la vida, ¿no?. Momentos de felicidad y cargas en el alma.
Un gran abrazo.

acus.
Es verdad amigo. Hay personas que tienen magia y que saben encontrar esa palabra de aliento adecuada cuando es necesaria.
Te deseo mucha suerte con lo de tus oposiciones. Perdóname que ignore a qué opositas, pero sea lo que sea dedícate a fondo. Garantizarte un puesto de trabajo es un premio por el que vale la pena luchar.
Y me emocionas con lo del relato de mi hija. Eres un gran tipo. Lo sabes, ¿verdad?
Un grandísi,o abrazo.

goathemala.
Pues no sabía que existían hierbas con propiedades curativas del alma. Será cuestión de hacer acopio de ellas porque de vez en cuando uno se lleva alguna que otra bofetada "espiritual".
Gracias por palabras amigo y cómo no, un placer inmenso saber de ti.
Un abrazo enorme.

Enlaosuridaddelanoche.
¡Anda! pero si somos tocayos de imagen. La Luna es preciosa, ¿verdad?
Gracias por tus palabras tan alentadoras y sobre todo gracias por tu visita. Considérate en tu casa desde ahora. Yo prometo leerte asiduamente.
Un gran abrazo

María
Tú nunca llegas tarde. De hecho no empezamos hasta que no llegues.
Malos tiempos, ¿verdad amiga? Piensa, no obstante, que hay más gente buena de la que creemos. El problema es que los cuatro de siempre hacen demasiado ruido y es a ellos a quienes se oye.
Un besazo para ti también.

Camilo.
Cambia de oficio si quieres. Mientras no dejes de escribir...
Por lo que respecta al final, estuve dudando entre si hacerlo feliz o hacerlo triste y medio tenía la versión melancólica del relato. ¿Te atreves a proponorme otro final? Seguro que te saldrá chulísimo.
Un abrazo enorme, queridísimo amigo.

bohemiamar.
Muchísimas gracias por tu visita.
Abracitos (jejeje).

Mandarina azul dijo...

Qué maravilla, tanhäuser, qué maravilla...

Camilo dijo...

No, no cambiaría ni una coma. Pero te recomiendo pases por mi blog, porque tengo un video que deseo compartir con todo el mundo.

Camilo dijo...

Pero tranquilo, que no soy yo haciendo el indio.

MABANA dijo...

Hermosisimo relato...ojala existiera un lugar a la mano con "Remedios para el alma", aqui cerquita, que mira que yo seria la primerisima en llegar...

Me hiciste soñar sientiendo que pudiera existir aquel elixir que curara el mal que me aqueja en el alma...

En fin... Tanhaüser amigo... es fantástico tu relato...
gracias por hacerme soñar...
besos cariñosos

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

Qué belleza palabra tras palabra...has pintado el cuadro.
Me imaginé cada escena, sentí el perfume de la naftalina, toqué ese cabello dorado...y miré en esos ojos tristes.

Tus adjetivos calzan perfectamente.
Escribís muuuuuy bien. Muy bien.

Me recordaste una viñeta, Mafalda.
En su simpleza, ella va a la cerrajería y le pide al comerciante "La llave de la Felicidad".
El hombre la mira...espera y luego de contesta:
"Me das el original?"

Te dejo más de Mafaldita, en su tono crítico, Quino refleja aspectos sociales actuales.

Un regalito !.

Yessi dijo...

Que hermosa historia la que compartes, es en verdad linda, me ha hecho suspirar; y es que todos quisieramos un remedio para los males que aquejan nuestra alma.

Besos y abrazos.

Marisa Sonrisa dijo...

Me ha encantado, me gusta lo que cuentas y como lo cuentas. Sigo leyendo.
besos

Margot dijo...

Ummm, precioso!

Este... sabes si pasará pronto por mi calle? tienes el plano de su ruta?

Saludos!

Umma1 dijo...

Nada es completo, Tanhaüser, qué mal...

Yo que estaba pidiéndote la ubicación del pueblo.

Saludos mustios, pero intensos ;)

TORO SALVAJE dijo...

Jo, que bien escribes.

Es un relato bonito y muy bien trabado.

Me ha encantado.

Te felicito.

Un saludo.

bajamar dijo...

Una cura mágica para las heridas pequeñas o grandes son tus letras, gracias por tus dulces y tiernas palabras, y por esta historia tan esperanza dora

un beso

Anónimo dijo...

Quizá, lo que me pasa es que no llegó tal caballero de traje blanco y sombrero de paja a mi pueblo y habrá que buscar respuestas en el alma.

mariane dijo...

Me has dejado de piedra con la piel erizada posando mis pupilas sobre el horizonte seco.
Gracias por descubrirme tu rinconcito,

Mariane

IMAGINA dijo...

Al final, lo de siempre. Que no hay pócimas de amor, sino miradas donde naufragar.
QUE BONITO,
IMAGINA

Tanhäuser dijo...

Dragonfly.
A mí encantó que me visitaras.
Besos para ti también

Mandarina azul.
Gracias amiga mía. Todavía no me he repuesto de tu post de la lavadora. A ver si cuando haya pasado el fin de semana…
Un abrazo

Camilo.
Pues fíjate que un vídeo tuyo haciendo el gamberro, el indio, o como quieras llamarlo hubiese sido de Óscar.
Me pasé por tu blog, tal y como me recomendaste, aunque, querido amigo, ya sabes que tienes entre tus incondicionales.
Un gran abrazo

Mabana
Ay, amiga soñadora, y ¿por qué será que me esperaba un comentario tuyo en esta línea?
Lo que es fantástico es recibirte en mi casa.
Besos agradecidos

Ferípula.
Quino es un genio y Mafalda es esa pequeña conciencia que de vez en cuando aflora en nosotros.
Muchísimas gracias por tus siempre amabilísimas y simpatiquísimas palabras. Es un inmenso placer tenerte por aquí. Lo sabes, ¿verdad?
Muchas gracias por el regalo. Sós tan generosa.

Yessi.
Me da la impresión que tienes razón, que a todos nos vendría bien, de vez en cuando, una dosis de desilusioncitina o de desengañol.
Muchos besos para ti también, amiga mía.

Sonrisa.
A mí me ha encantado que vinieras. Por favor, siéntete como en tu casa. Quiero que sepas que haremos lo posible para estés en la gloria.
Besos para ti también

Anónimo dijo...

Qué bonita historia Tanhäuser,Cada vez que paso por aquí me alegras el día (gracias).
Un beso

Tanhäuser dijo...

margot.
Pues a lo mejor sí pasará por tu calle, quién sabe. Por si acaso, estate atenta y se le ves dímelo enseguida, ¿vale?
Muchísimas gracias por tu amable visita.
Un abrazo

umma1
El pueblo ya no importa porque él ya se fue. Quizá, sin que te des cuenta, lo tienes cerca de casa.
Saludos intensos y alegres (los mustios ya se me gastaron).

torosalvaje.
Muchas gracias por tus amables palabras, amigo. Es un placer inmenso verte por aquí. Ójala regreses.
Un abrazo

bajamar.
Gracias a ti por tu fiel visita y por esos comentarios tan hermosos que siempre escribes en este espacio. Permíteme que te diga que, sin duda alguna, aportas el valor que yo no sé darle.
Besos para ti, maestra del talento.

clarissa.
Busca un sucedáneo, entonces. Quizá no sea tan efectivo pero a lo mejor te sirve de ayuda.
Un abrazo enorme y muchísimo ánimo.

mariane.
Me alegro que haya sido así, mi nueva amiga. Me ha encantado que te hayas dado una vuelta por aquí y espero que vuelvas algún día. Que sepas que será un placer inmenso el leerte de nuevo.
Un abrazo.

Imagina.
Pues sí, al final resulta que quien sana nuestros espíritus son las personas a quienes queremos y quienes nos quieren. Miremos a nuestro alrededor y descubramos los tesoros que tenemos y que nos tienen.
Muchas gracias por tu visita y por tus palabras.
Un abrazo enorme.

Tanhäuser dijo...

peca.
Disculpa Peca. Comentaste justo al mismo tiempo que yo y por eso no te vi.
A mí me alegró el día (la noche ya), el saber que habías vuelto por aquí. Sabes que me encanta que vengas.
Un besazo enorme para ti también.

Mae dijo...

olé que bonito!!
me han encantado. Además, escribes tan bien, que me gustaría que e tento nunca acabase para seguir sumergida en el y olvidarme del resto.
fantástico!!
(aplausos)

Tanhäuser dijo...

Mae Ferlo.
Gracias, queridísima amiga. Mejor que el texto no sea largo, ¿no te parece? Así ellos dos pueden marcharse antes a curarse mutuamente las heridas de sus almas.
Qué amable eres, de verdad.
Un grandísimo abrazo.

Mae dijo...

un beso. xDD

Tanhäuser dijo...

Ufff. Gracias.
¡Ahora me has ruborizado!

MORGANA dijo...

Las miradas....nos acarician con lo que dicen... con brillo en los ojos, una mirada atenta, asombrada, cálida o triste, ardiente, todo ese arco iris del mirar..
cerramos los ojos para percibir esa mirada que nos envuelve, nos llena de plenitud, esa mirada llena de luz que te hace encontrar sentido al universo.
**Besos**

Tanhäuser dijo...

Maravillosas tus palabras, Morgana. Gracias por depositarlas en este lugar.
Besos

 

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